La eliminación gradual de los HCFC, que agotan la capa de ozono, así como la reducción del uso de los HFC, perjudiciales para el clima, constituyen una parte fundamental de la misión del Protocolo de Montreal, contribuyendo a promover no solo la protección del medio ambiente, sino también una mayor eficiencia energética en los sistemas de refrigeración a nivel mundial. Sin embargo, uno de los principales obstáculos persiste en los países en desarrollo, donde aún se comercializan equipos de refrigeración ineficientes que utilizan refrigerantes obsoletos.
Los sistemas de refrigeración de alta eficiencia, aunque disponibles, suelen ser prohibitivos para los consumidores, lo que conlleva una dependencia continua de opciones más baratas pero menos eficientes. En los últimos años se han realizado algunos trabajos sobre equipos domésticos de alta eficiencia, pero el mercado aún tiene mucho que mejorar. Estos sistemas no solo suponen un coste adicional para los usuarios, que deben pagar más por la electricidad, sino que también socavan los esfuerzos globales por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Nuevas acciones internacionales demuestran la urgencia con que debe abordarse este problema. La Decisión XXXV/13, adoptada por las partes del Protocolo de Montreal, fundamenta la prohibición de exportar equipos de refrigeración ineficientes, con responsabilidad compartida entre los países exportadores e importadores. Simultáneamente, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) hareglas adoptadas para la reducción gradual de los HFCEl Reglamento de la UE sobre gases fluorados complementa estas actividades al prohibir las exportaciones de equipos que utilizan refrigerantes nocivos. Líderes mundiales —como la Declaración de Wilmington y la Declaración de Sunnylands— han reiterado la necesidad de tecnologías de refrigeración de alta eficiencia y respetuosas con el clima para proteger a las comunidades vulnerables y aliviar la presión sobre las redes eléctricas.
El desafío de imponer tecnologías obsoletas en países en desarrollo plantea problemas ambientales y económicos, pero también oportunidades. Los fabricantes pueden pasar de fomentar la ineficiencia a impulsar soluciones de refrigeración energéticamente eficientes, económicas y sostenibles. La industria puede convertirse en un motor clave para lograr la resiliencia climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo mediante la adopción de la innovación.
Fecha de publicación: 10 de diciembre de 2024
