Gracias a las medidas decisivas y eficaces adoptadas, China ha controlado la epidemia, la vida ha vuelto a la normalidad y la economía funciona con normalidad. Sin embargo, la epidemia continúa a nivel mundial y es necesario normalizar las medidas de prevención y control. El diseño y las medidas de operación de los sistemas de aire acondicionado en el periodo posterior a la epidemia en China han suscitado la reflexión pública, por lo que el análisis que se presenta a continuación, en torno a diferentes puntos de vista y medidas, contribuirá a la normalización de las prácticas de prevención de epidemias en el futuro.
En vista de que el control ambiental para la prevención y el control de epidemias difiere del de los sistemas de aire acondicionado de confort en edificios civiles no médicos, este artículo no detalla sistemáticamente las contramedidas para el sistema de aire acondicionado en el período posterior a la epidemia, sino que plantea algunas inquietudes sobre el propósito de dichas contramedidas, así como los objetivos de prevención y control del sistema de aire acondicionado en el período posterior a la epidemia, a modo de referencia.
- El adecuadoposicionamientoa la propagación del nuevo coronavirus
ElDdiagnóstico yTtratamiento deNovelCoronavirusPneumoníaLa versión de prueba 8, publicada el 19 de agosto de 2020, indica claramente que el nuevo coronavirus se propaga principalmente por gotículas respiratorias y contacto cercano, así como por contacto con objetos contaminados. La exposición prolongada en un entorno relativamente cerrado con altas concentraciones de aerosoles también puede provocar la transmisión por aerosoles. Dado que el nuevo coronavirus puede aislarse de las heces y la orina, se debe prestar atención a las medidas para evitar la contaminación ambiental y la consiguiente transmisión por contacto o aerosoles. Esto nos ayuda a identificar correctamente la vía de transmisión de la COVID-19, lo cual se confirma con el elevado número de casos de infección durante la epidemia. El uso de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado de manos se han reconocido como las medidas más eficaces para prevenir y controlar la epidemia.
Normalmente, si el virus se transmite y difunde bien por el aire, se dispersa continuamente por la acción del flujo de aire y se diluye al mismo tiempo, disminuyendo así su concentración. En consecuencia, solo una pequeña cantidad de bacterias puede transmitirse por vía aérea. Además, las partículas dispersas que transportan bacterias en el aire pierden rápidamente su vitalidad debido a la exposición al calor, la humedad y la luz ultravioleta, a menos que tengan una vitalidad enorme (o puedan sobrevivir en el aire durante mucho tiempo). Hasta el momento, no se ha encontrado evidencia de que la COVID-19 presente estas dos características. Solo se puede afirmar que la COVID-19 tiene una probabilidad muy baja de transmitirse por el aire, y que la posibilidad de contagio por esta vía es extremadamente baja. La OMS sigue creyendo que el aerosol del SARS-CoV-2 puede propagarse en ambientes sin aire o cerrados, pero no es la vía principal, aunque el 6 de julio se publicó en la revista de enfermedades infecciosas clínicas (Oxford University Journal) una carta abierta firmada por 239 académicos de 32 países.
Dado que la dosis infectiva en el aire no es suficiente para la transmisión, y las gotículas no pueden permanecer suspendidas en el aire el tiempo suficiente para dispersarse a grandes distancias, los diversos eventos de supertransmisión mencionados en la carta abierta durante la epidemia resultan confusos. Por lo tanto, proponemos la hipótesis de la transmisión por nubes de aerosoles. Una nube de aerosoles es un flujo bifásico de vapor y líquido, invisible al ojo humano.
El estado de las nubes de aerosoles puede hacer que las gotitas que contienen partículas virales floten y sean transportadas por las corrientes de aire. La ruta y la dirección de su transmisión son muy claras.
Las nubes de aerosol pueden concentrar partículas virales difíciles de dispersar y transmitir, con un tiempo de supervivencia prolongado. Esto facilita la acumulación local de una gran cantidad de virus y el mantenimiento de una dosis infectiva durante un tiempo prolongado a larga distancia. Se considera que la formación de nubes de aerosol está relacionada con factores como ambientes interiores cerrados, ventilación deficiente, alta densidad de personas, alta humedad (Fig. 1) y el tamaño de las gotas, entre otros. Por lo tanto, la hipótesis de las nubes de aerosol explica estos eventos de supertransmisión. Hipótesis similares se encuentran en documentos extranjeros (Fig. 3), aunque las definiciones y explicaciones difieren. Factores ambientales como la temperatura, la humedad y la contaminación pueden afectar la capacidad de supervivencia del virus de la COVID-19, dañando sus proteínas de superficie y su membrana lipídica. La teoría actual sugiere que su estabilidad aumenta con una humedad relativa elevada (≥80%) (Fig. 1).

Figura 1. Relación entre la vida útil de las gotas de virus y el diámetro de las partículas y la humedad relativa.

Figura 2. Diámetros de las gotas y su rango de transmisión

Figura 3. Nube de estornudos, tos y exhalación y su distancia de transmisión.
2. Contramedidas aéreas-sistema de acondicionamiento en post-período de epidemia
Debido a que los métodos de prevención y control de patógenos, así como los requisitos y medidas de control ambiental interior durante una epidemia, difieren de los de los sistemas de aire acondicionado convencionales, el método de control de patógenos no puede comprenderse basándose en el razonamiento lógico y el sentido común.
2.1 Centrarse en el control de la transmisión de nubes de aerosoles
El control de la propagación de la COVID-19 en el aire interior no se centra tanto en el control de la transmisión de la nube de aerosoles.
Los resultados muestran que la nube de aerosol tiene un buen rendimiento de seguimiento de corrientes de aire, una ruta de transmisión estrecha y una dirección clara.
A diferencia de la transmisión aérea, que puede propagarse ampliamente y extenderse por todo el espacio, las nubes de aerosoles se desplazan con el aire hasta las zonas cercanas a las vías respiratorias de las personas susceptibles (Fig. 4), pudiendo ser inhaladas y causar infección, incluso manteniendo una distancia social segura. La incertidumbre de la transmisión por aerosoles revela la aleatoriedad del contagio, lo que pone en entredicho las teorías tradicionales sobre ventilación, prevención y control de infecciones, como la distancia social segura, la protección personal, el tiempo de exposición y el riesgo o la probabilidad de infección.

Figura 4. Simulación de transmisión de nubes de aerosoles
Desde la perspectiva del control de la transmisión de nubes de aerosoles, existen tres maneras:
1) Evitar la generación de nubes de aerosol es la forma más fundamental, reduciendo su aparición (por ejemplo, usando mascarillas, controlando la densidad de personal, haciendo que las gotitas se asienten rápidamente mediante el flujo de aire interior) y manteniendo una buena ventilación interior (diluyendo la contaminación interior y evitando la acumulación de humedad interior).
2) Una vez formada la nube de aerosol, la incertidumbre en la transmisión y la aleatoriedad de la infección parecen estar fuera de control. De hecho, la forma más sencilla de bloquear la transmisión de la nube de aerosol es evitar las corrientes de aire horizontales en interiores y forzar su rápida sedimentación para luego expulsarla por la salida de aire inferior (de retorno) mediante la ventilación.
3) La forma más sencilla de eliminar la transmisión de nubes de aerosol es dispersarlas mediante una fuerza externa. El flujo de aire de ventilación perturbará o dispersará continuamente las nubes de aerosol, y una vez que las partículas infecciosas se descentralicen y su concentración disminuya, dejarán de ser transmisibles. Por supuesto, reducir la humedad interior al 40-50 % también es un método de control, pero implica un alto consumo de energía.
2.2 Centrarse en la prevención y el control de patógenos
La idea de prevenir y controlar los patógenos durante una epidemia se asemeja al control ambiental en tratamientos farmacéuticos y médicos. Sin embargo, difiere de la tecnología de limpieza biológica, ya que se trata de una medida para prevenir la propagación del coronavirus en áreas climatizadas. Primero, analizaremos los conceptos de control farmacéutico y médico para explicar la diferencia con los sistemas de climatización.
| Método de control del aire acondicionado | método de control de patógenos | |
| Método de control | Control de parámetros (temperatura/humedad/concentración de contaminantes) | Control de riesgos (disminuir los riesgos de contaminación/infección) |
| Puntos de control | Dilución en toda la cámara, centrándose en la concentración promedio de toda la habitación. | Control de puntos clave (dirigido a la vía de infección, como el tracto respiratorio) |
| Distribución del flujo de aire | Se permiten múltiples distribuciones de flujo de aire. | Al suministrar aire desde la parte superior y retornar el aire hacia la parte inferior, las bacterias se asentaron y fueron eliminadas. |
| Tiempo de exposición | Sin solicitud | Minimizar el tiempo de exposición |
| Control | Control de valor (precisión del control de temperatura y humedad) | Control de magnitud (dosis de infección, no una diferencia numérica) |
| Ajuste y control | Control de ajuste de retardo (ajuste tras detectar la desviación de temperatura y humedad) | Establecimiento de límites por adelantado (pre-regulación, como límite de advertencia, límite de rectificación de desviaciones y límite de acción para productos farmacéuticos). |
| Aire fresco | El aire fresco transporta la mayor parte del calor, la humedad y el polvo; normalmente se adopta el volumen mínimo de aire fresco, aunque se puede utilizar un volumen variable durante los cambios de estación para ahorrar energía. | El aire fresco no contiene patógenos, es limpio y favorece el control de epidemias; cuanto mayor sea la cantidad de aire fresco, mejor. Se espera que la diferencia de presión constante modifique el volumen de aire fresco, mientras que la diferencia de presión entre el interior y el exterior permanezca invariable. |
| Filtración | Da importancia a la filtración de aire fresco. | Preste más atención a la eficiencia de filtración del aire de suministro. |
| Tiempo de rectificación para la desviación | Sin solicitud | Dar importancia al tiempo de autodepuración de la contaminación dinámica (tiempo de rectificación de la desviación). |
| Aire de suministro | Permitir volumen de aire variable, ventilación a demanda y ventilación intermitente. | Generalmente adopta el volumen de aire nominal. |
| Configurar dispositivo | Requisitos generales | Alta redundancia |
| control de la diferencia de presión | Requisitos generales | Controlar el gradiente de presión ordenado entre diferentes regiones |
| Requisitos personales | Sin solicitud | Da importancia a la protección personal y mejora tu inmunidad. |
Figura 1. Diferencias entre las ideas de prevención y control de patógenos y la de ventilación de los acondicionadores de aire.
Durante el periodo posterior a la epidemia, tres medidas efectivas de prevención y control —el uso de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado de manos— podrían dejar de ser obligatorias. Sin embargo, aún es necesario considerar el control de la densidad de personas. La medida de contención del sistema de aire acondicionado en este periodo tiene como objetivo prevenir la propagación del coronavirus. Las diferencias en los métodos de control se detallan en la tabla 1. Además de las conjeturas sobre las medidas de prevención del sistema de aire acondicionado basadas en el razonamiento lógico o el sentido común, ¿a qué aspectos debemos prestar atención? Algunas medidas pueden integrarse en el sistema de aire acondicionado, mientras que otras solo pueden utilizarse como medida de respaldo. A continuación, algunos ejemplos:
1) Control general o control de puntos clave
Quienes se dedican al aire acondicionado suelen considerar la situación general, controlando parámetros como la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono en todo el espacio. Quienes se dedican al control de infecciones se centran en los detalles y los puntos clave, cortando la ruta de contagio según las características de la fuente de infección. Incluso los detalles de la distribución del aire de suministro y retorno son importantes. Innumerables casos han demostrado que los detalles determinan el éxito o el fracaso del control de infecciones. Los detalles son cruciales.
2) Dilución en cámara completa o sedimentación in situ
El principal contaminante de los sistemas de aire acondicionado es el CO2. Dado que las personas están presentes en toda la habitación y pueden producirlo, se trata de una fuente de contaminación de gran alcance. Las bacterias presentes en interiores se exhalan por los pacientes y se propagan a corta distancia, constituyendo una fuente puntual. Por lo tanto, las medidas de control no pueden diluir toda la habitación con aire fresco para controlar la infección puntual, como sí lo hace el control del CO2, ni tampoco pueden regular el volumen de aire fresco mediante sensores de CO2. Las gotículas exhaladas por pacientes con coronavirus pueden infectar directamente a las personas cercanas, sin esperar a diluirse. Una vez exhalado el patógeno, debe asentarse rápidamente en el lugar para prevenir la transmisión. La asentación in situ es la forma más eficaz de reducir la exposición. Controlar la infección puntual generando un volumen de aire interior varias veces mayor para su dilución no solo implica un alto consumo de energía, sino que también resulta poco efectivo.
3) Esterilización o filtración
Todos sabemos que el aire fresco no transporta patógenos y que la principal función de la filtración de aire fresco es eliminar el polvo. Si existen patógenos en la habitación, el filtro de retorno de aire debe impedir su entrada al sistema. Sin embargo, la alta resistencia de los filtros HEPA dificulta o imposibilita su uso en edificios civiles. Debido al espacio interior limitado, las gotitas exhaladas no pueden evaporarse rápidamente hasta convertirse en partículas pequeñas, y la filtración de retorno de aire se centra principalmente en eliminar las gotitas de mayor tamaño. Nuestro objetivo es prevenir la acumulación de patógenos en el ambiente, por lo que la eficacia de esterilización y la resistencia del filtro deben considerarse al seleccionar los filtros de retorno de aire.
El artículo 7.1.11 del código GB 51039-2014 para el diseño de edificios de hospitales generales indica:
La salida de aire de retorno del sistema central de aire acondicionado y de la unidad fan coil debe estar equipada con un equipo de filtración con una resistencia inicial inferior a 50 Pa, una tasa de paso inicial de microorganismos inferior al 10 % y una tasa de paso de partículas ponderadas en una sola toma que no sea superior al 5 %.
Esta es la misma razón por la que ASHRAE recomendó el filtro MERV13 para el retorno de aire. En el caso de las nubes de aerosol, los filtros no solo eliminan algunas partículas del aire, sino que también dispersan la nube, impidiendo que permanezca en los sistemas.
4) Sistema de aire acondicionado centralizado preventivo o sistema de aire acondicionado descentralizado preventivo
Según el sentido común, el sistema central de aire acondicionado da servicio a varias habitaciones; si las bacterias aparecían en una, las demás se contaminarían. Al comienzo de la epidemia, el sistema central de aire acondicionado era el principal objetivo de prevención, mientras que el sistema descentralizado no lo era.
Una vez que una persona infectada aparece en lugares públicos, el gas que exhala es absorbido por el sistema de aire acondicionado. Sin embargo, la dosis infecciosa en el aire suministrado disminuye tras el proceso de ventilación a alta velocidad, el uso de múltiples filtros, el tratamiento térmico y de humedad, y la dilución con aire fresco. Incluso si hay nubes de aerosol en interiores, gracias al sistema central de ventilación y aire acondicionado que da servicio a varias habitaciones, es poco probable que se produzca una infección cruzada. Hasta la fecha, no se ha registrado ningún brote de infección a gran escala causado por sistemas de aire acondicionado centralizados. No obstante, los sistemas de aire acondicionado descentralizados, como los sistemas split, las unidades fan coil y los VRV utilizados en restaurantes, bares, autobuses y locales de ocio, generan un flujo de aire horizontal que dispersa las nubes de aerosol (Fig. 4).
Durante la epidemia, en algunos lugares que utilizaban aire acondicionado descentralizado, se produjeron ocasionalmente brotes de infección, lo que también los convierte en lugares típicos de propagación de nubes de aerosoles.
5) Distribución uniforme o contención del flujo de aire
El sistema de aire acondicionado prioriza la distribución uniforme de los parámetros de temperatura y humedad. En teoría, el aire fresco exterior se mezcla y diluye constantemente con el aire interior, y el flujo de aire se distribuye uniformemente, lo que debería reducir la concentración de virus. Sin embargo, analizando este proceso de distribución desde otra perspectiva, se observa que podría favorecer la propagación de patógenos. Por lo tanto, la dirección de la distribución del flujo de aire es crucial. Por ello, en los espacios de purificación de los sectores médico, farmacéutico y electrónico, se hace hincapié en un patrón de flujo de aire ascendente y descendente. Esto aprovecha al máximo la capacidad de contención del flujo de aire, permitiendo que la contaminación puntual se asiente lo antes posible y evitando su dispersión, lo que reduce considerablemente el tiempo de exposición. La contención del flujo de aire es mucho más importante que la distribución uniforme. Los sistemas de aire acondicionado centralizados permiten fácilmente este patrón de flujo ascendente y descendente, mientras que las unidades de aire acondicionado descentralizadas, que integran el tratamiento y la distribución del aire, presentan dificultades para lograrlo.
6) Prevención de fugas o suministro de aire
Una vez que el aire interior se ha contaminado, y los aires acondicionados suministran ese aire contaminado a los espacios interiores, se produce una segunda contaminación del aire denominada contaminación indirecta.
Desde el punto de vista del sentido común, la introducción de bacterias en interiores a través del sistema de aire acondicionado es sumamente preocupante. Cabe mencionar que los virus no se propagan en el sistema central de aire acondicionado; incluso si lo hicieran, si existe un filtro de aire eficaz en la salida de suministro o retorno, es difícil que se propaguen. Desde la perspectiva de la ingeniería de purificación, en los sistemas de construcción y recepción actuales, los incidentes de contaminación por fugas causados por los filtros y su correcta instalación son poco frecuentes. Sin embargo, el aumento indiscriminado del volumen de aire fresco sin considerar el control de la diferencia de presión provoca un desequilibrio en la presión diferencial, permitiendo que el aire interior contaminado (con virus) se filtre directamente, causando frecuentes casos de contaminación (infección). Este tipo de contaminación por fugas se denomina contaminación directa, y es aún más grave, ya que la fuga desordenada del flujo de aire dificulta la predicción del origen de la infección. Por ello, las normas para la construcción de hospitales, tanto nacionales como internacionales, no exigen filtros de alto nivel para las terminales de suministro de aire en departamentos clave, sino que hacen hincapié en el control preciso de la presión diferencial en las zonas afectadas.
7) Funcionamiento intermitente o funcionamiento continuo
Ante el temor a la transmisión del virus a través del sistema de aire acondicionado, a menudo se requiere su funcionamiento intermitente. Es decir, el aire acondicionado se apaga tras un periodo de funcionamiento y se activa la ventilación natural o mecánica. Se recomienda hacerlo de 2 a 3 veces al día durante al menos 30 minutos. Si bien sabemos que una gran cantidad de aire fresco puede afectar el confort ambiental interior, lo que desconocemos es que el confort que proporciona el aire acondicionado también puede considerarse una medida antiepidémica. El desarrollo de la epidemia demuestra que la COVID-19 mantiene una alta capacidad de contagio tanto a bajas como a altas temperaturas. La actividad viral alcanza su nivel más bajo a una temperatura ambiente de 22-25 °C y una humedad relativa del 50-60 % (Fig. 5).
La entrada directa de aire fresco a presión también destruye el equilibrio de la diferencia de presión entre los distintos espacios, lo que provoca un flujo de aire de fuga desordenado.
Por lo tanto, siempre que el sistema de aire acondicionado cumpla con la normativa, no solo debe funcionar de forma continua, sino que también debe arrancar con antelación y retrasar el apagado. Un entorno estable y controlado es fundamental para la normalización de las medidas de prevención y control de epidemias.

Figura 5. Tasa de supervivencia del nuevo coronavirus en función de la temperatura y la humedad.
8) Ajuste de retardo o prevención de límites
El control del espacio climatizado se logra mediante un sensor de temperatura y humedad, que el sistema ajusta después de que el sensor detecta una desviación de temperatura o humedad; a este proceso se le llama ajuste retardado.
En términos relativos, el nivel de temperatura y humedad es muy alto, la estructura y el equipo del recinto interior también tienen capacidad térmica, por lo que cambiar la temperatura interior en 1 ℃ requiere más energía o no fluctuará mucho.
Aunque la temperatura y la humedad de los aires acondicionados de confort presenten requisitos de control de desviación positiva y negativa, el tiempo de ajuste generalmente no es un problema. Esta característica también justifica que los aires acondicionados de confort adopten la regulación de volumen de aire variable.
En términos relativos, el nivel de concentración de polvo es muy pequeño; con un poco de descuido, la dispersión de partículas podría ser de una docena o incluso más de cien.
Cuando la concentración de bacterias y polvo supera el estándar, pueden surgir problemas. Los parámetros deben mantenerse dentro de los límites permitidos antes de que se detecte un exceso de bacterias y polvo.
Se intervendrá si se alcanza el límite establecido. El tiempo que transcurre desde que se corrige la desviación de la concentración excesiva de bacterias y polvo hasta el estado de referencia se denomina autodepuración dinámica de la contaminación. Este es un parámetro importante para el control de un entorno controlado. Sin embargo, está relacionado con los requisitos de control del nivel de riesgo del proceso.
9) Ventilación por ventana o mantenimiento de la temperatura interior
La ventilación por ventana puede ser el método de prevención y control más económico y eficaz, pero tiene poco efecto en espacios grandes. La COVID-19 es una enfermedad autolimitada; no existe una cura específica. La inmunidad es el mejor remedio. Tanto en invierno como en verano, es necesario mantener una temperatura ambiente adecuada. Si bien no es necesario controlarla con exactitud para lograr una mayor ventilación, se puede mantener entre 16 °C y 28 °C, siempre y cuando no perjudique el sistema inmunitario, ya que fortalecer las defensas durante la epidemia es primordial. En ocasiones, mantener una temperatura ambiente estable es más importante que abrir las ventanas para ventilar.
En lo que respecta a las nubes de aerosol, la dirección variable del flujo de aire a veces puede convertirse en la fuerza motriz de su dispersión.
10) Interrupción de la transmisión o medida de prevención y control
¿Cuál es el propósito de las medidas de contención del sistema de aire acondicionado en el período posterior a la epidemia? ¿Atender a pacientes con COVID-19 en interiores? ¿O frenar la propagación del COVID-19?
En el periodo posterior a la epidemia, las contramedidas de los sistemas de aire acondicionado constituyen medidas de prevención y control que pueden evitar o reducir la aparición de contagios si se presenta algún caso. Se pueden implementar medidas de ingeniería para prevenir la colonización, reproducción y transmisión del virus, ya que este solo puede ser introducido por pacientes, no a través del aire exterior, al igual que el moho y las bacterias presentes en el entorno natural.
Aunque el sistema de aire acondicionado cuente con sólidas medidas preventivas, una vez confirmado un caso de coronavirus o un paciente sospechoso, el lugar debe cerrarse y los aires acondicionados deben apagarse inmediatamente, informándose a tiempo a la agencia local de salud y prevención de epidemias para recibir tratamiento de emergencia y realizar una limpieza y desinfección exhaustivas.
El uso excesivo de medidas de prevención y control que consumen energía y dinero resulta poco útil. En resumen, ¿cuáles son los objetivos del sistema de aire acondicionado en el periodo posterior a la epidemia? ¿Cuál es el objetivo de control de bacterias? Si la prevención y el control del coronavirus siguen siendo el objetivo, el uso de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado de manos son fundamentales. Estas acciones son más efectivas que cualquier otra medida, incluso las más drásticas, si todos, incluidos los pacientes de COVID-19, las implementan.
Si el objetivo de control es prevenir y controlar la infección cruzada bacteriana en términos generales, se ha tenido en cuenta la norma GB 51039-2014, «Código para el diseño de edificios hospitalarios generales», durante la planificación. En las áreas públicas, se pueden adoptar tres medidas de control comunes en entornos médicos generales: ventilación adecuada, suministro de aire desde arriba y retorno de aire desde abajo, y filtración apropiada en la salida de aire de retorno. Estas medidas han demostrado ser económicas, de bajo consumo energético, eficaces y de eficacia comprobada en la práctica durante los últimos años. Si las condiciones lo permiten, es factible utilizar sistemas de aire acondicionado con presión diferencial constante y caudal de aire fresco variable.
3. Conclusión
Este artículo sugiere que las gotículas respiratorias y el contacto cercano son la principal vía de transmisión de la COVID-19. Es posible infectarse por aerosoles al permanecer expuesto durante un tiempo prolongado en un espacio cerrado con alta concentración de estos, como lo demuestran los casi 30 millones de casos de infección registrados durante la epidemia. El uso de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado de manos se han reconocido como las medidas más eficaces para prevenir y controlar la epidemia.
Es muy probable que la frecuente agregación de infecciones ocurrida en un espacio limitado sea causada por una nube de aerosol.
Los casos de supertransmisión no identificados existentes pueden explicarse razonablemente mediante la teoría de la transmisión por nubes de aerosoles. Si bien simular la transmisión por nubes de aerosoles mediante CFD no es difícil, resulta inútil sin el respaldo de un gran número de estudios epidemiológicos. Aunque la incertidumbre y la aleatoriedad de la transmisión por nubes de aerosoles suponen un reto para las teorías y contramedidas tradicionales en la prevención y el control de infecciones, controlar dicha transmisión no es complicado.
En el periodo posterior a la epidemia, el sistema de aire acondicionado debe determinar en primer lugar el propósito de las contramedidas y los objetivos de control. Debe evitar especular sobre las contramedidas y los objetivos de control basándose en el razonamiento lógico y el sentido común.
En el periodo posterior a una epidemia, los sistemas de aire acondicionado no médicos pueden adoptar tres medidas comunes en el control de entornos médicos generales: ventilación adecuada, distribución del flujo de aire y filtración apropiada del aire de retorno. Estas medidas son de bajo consumo energético, bajo costo y altamente viables. No son necesarias medidas de prevención y control excesivas. En resumen, las contramedidas de los sistemas de aire acondicionado en el periodo posterior a una epidemia deben ser adecuadas, pertinentes y razonables.
Publicado por Shen Jinming y Liu Yanmin en HVAC
Fecha de publicación: 14 de octubre de 2020